Llegaron los suecos para decirnos que nuestro sistema educativo estaba trasnochado, que había que modernizarlo, digitalizarlo, y les hicimos caso. Llegaron los finlandeses para decirnos que los alumnos deben pasar de curso con suspensos, y les hicimos caso. Los noruegos, que debe haber un hilo conductor escuela- alumno-familia, y también les hicimos caso.
Resultado: un sistema educativo cuestionado por todos, mediocre en sus resultados y abocado al fracaso. Ahora, Suecia gira el timón para evitar su propio fracaso y regresa a la escuela tradicional; la del libro, el lápiz y el papel.
«Una generación de analfabetos funcionales»: Suecia declara la guerra a las pantallas en la escuela». José María Carrera. 05 junio 2023